mi caos blog

Tengo media hora me dije, agarro la compu, corro, llego a Margot, pido un café con leche, un tostado de miga, previo saludo a Manu, el mozo, y antes de tipear me freno a pensar.
Me gusta Margot, me siento cómodo, pero no "comoencasa".
Intento escribir, como hace mucho que no lo hago y todo sale cursi, emotivo, y sin gracia. Tipeo y borro, canturreo madonna, miró quien entra y sigo pensando.
Llega el Café, con espuma, se pusieron las pilas de nuevo. El tostado es malo como siempre.

Hace tiempo que vengo conmovido, lo que acontece en la vida me conmueve, me emociona y me dan ganas de llorar como un gil.
No me lo permito demasiado, posicionado quizá de un estilo más frío, donde lo extraordinario no es propio de festejo, creo que eso un poco me deprime.
Nos sobran motivos para festejar, desde lo macro hasta lo micro, estoy pensando seriamente en abandonar esa forma y convertirme a la celebración.
Qué otro momento como el que estamos viviendo hay cosas para festejar. Para festejar a los grande, por suerte el árbol no tapa el bosque.

Los treinta traen la ventaja de la madurez, pero la desventaja del individualismo.

Quiero hacer una fiesta.

Hacer cosas por el otro, aún si ello requiere un esfuerzo, el estar, acompañar, comerse un garronazo, eso que dentro de unos años antes del "gagismo de la ancianidad" se convertirá en una anéctoda.
Qué otra cosa hacemos en la juventud que generar historias para la vejez.

Tomo el café y miró por la ventana, me quedan quince minutos.

Ojeo página 12 que acabo de comprar y también leo por arriba la tapa de un libro de quien me gusta por sus lentes, y dice algo de Simone de Bouvier. Estamos a unas mesas de distancia, tan cerca y tan lejos. (asco de cursi)

Me voy de tema y pienso en mi Kirchnerismo, repaso mentalmente y confirmo que es amor, que es crispasión, y me alegro. El amor está tan compuesto de odio que me sorprende.

Lástima que no todos lo veamos, lástima la fiaca, lástima el descorazón, lástima el mirarse el ombligo. Lástima lo peor de los treinta.

Me voy a la casa de mis viejos, que hace mucho que no los veo. Chau.